Hemos reflexionado sobre los vertiginosos cambios estructurales que se produjeron en estas últimas décadas y como el conocimiento ha cambiando notablemente en: su naturaleza y su difusión. De un conocimiento centralizado en expertos y lugares específicos se ha pasado a un conocimiento distribuido. Actualmente las fuentes del conocimiento son variadas y el acceso a la información se caracteriza por su rapidez y descentralización.
Entonces lo que caracteriza estos cambios es la cantidad de conocimiento producido y la forma en que este conocimiento circula en la sociedad.
En síntesis, hablamos del paradigma de la SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO: donde el Conocimiento es distribuido, se transmite por múltiples vías y es directamente accesible. En efecto, las Instituciones Educativas ya no son centros de la racionalidad y del progreso científico o social, ni lo únicos que controlan la distribución del conocimiento social.
De esta manera debemos reflexionar sobre la existencia de una nueva relación entre: la escuela y el conocimiento y los hombres y el conocimiento.
Se plantea la urgencia de que el sistema Educativo no permanezca exento de los cambios ni se distancie de las necesidades Educativas y formativas de los niños y adolescentes (ya que son los más jóvenes los que acceden de forma sencilla al manejo de los medios que es la fuente principal de la información).
La primicia de una nueva relación con el “conocimiento” implica articularlos y organizarlos y así conocer y reconocer los problemas del mundo, para ello Edgard Morin nos plantea: la necesidad de “una reforma del pensamiento que es paradigmática ya que tiene que ver con nuestra aptitud para organizar el conocimiento” .
Este fundamento se corresponde con la problemática que enfrenta la educación que es: la incompatibilidad por un lado entre nuestros conocimientos estáticos y fraccionados y por el otro, realidades o problemas cada vez más dinámico, complejo y planetarios.
Lo mencionado también alude a la relación de la Educación con la Sociedad actual, ya que se percibe la incapacidad de reconocer y aprehender la complejidad de una nueva sociedad. Es decir, es un reto que debe enfrentar las Instituciones Educativas para no primar el principio de la reducción que disminuye el conocimiento de un todo al conocimiento de sus partes y para no restringir lo complejo a lo simple.
Implica también superar el legado de la Educación Moderna y formar a ciudadanos del siglo XXI con una currícula que se corresponda con la sociedad actual.
Este nuevo siglo requiere un enfoque distinto. La escuela tiene que establecer sistemas de interacción con el entorno como también, comunicación y comprensión con el contexto.
El desafío que debe plantearse la educación, como lo afirma Morin, es promover un conocimiento capaz de afrontar problemas globales y fundamentales, capaces de aprehender los objetos en sus contextos, sus complejidades y sus conjuntos.
A su vez, si se tiene en cuenta que el conocimiento actual no es inmóvil, acabado y dogmático, por el contrario se potencia la idea de una revalorización del conocimiento expandido y global que invade todos los tiempos y todos los espacios.
Desde esta perspectiva, los desarrollos propios de la sociedad del conocimiento nos enfrentan a los desafíos de la complejidad. Para ello es necesario desarrollar la aptitud natural de la inteligencia humana para ubicar todas sus informaciones en un contexto y en un conjunto.
Es necesario enseñar los métodos que permiten aprehender las relaciones mutuas y las influencias recíprocas entre las partes y el todo en un mundo.
La construcción del conocimiento en relación con el contexto, con lo global, con lo complejo, debe transformar lo que el cognoscente sabe del mundo.
De esta manera, la educación debe promover una “inteligencia general” para referirse de manera multidimensional, a lo complejo, al contexto en una concepción global. También, debe favorecer la aptitud natural de la mente para hacer y resolver preguntas esenciales.
Edgar Morin, nos invita a construir una nueva mirada de los desafíos de la educación del futuro para superar las antinomias provocada por “el paradigma de la simplicidad”, legado en el se fundaba la Institución Educativa.
A la luz de los cambios de la sociedad que atravesamos ¿conocemos la realidad pertinentemente?.
Es decir, el conocimiento pertinente plantea reconocer la multidimensionalidad de las unidades complejas e insertar allí sus informaciones: se podría no solamente aislar una parte del todo sino las partes unas de otras.
Es el desafío que debe enfrentar la Ecucación y la sociedad del conocimiento.
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